El Crosstrek ofrece una única motorización, circunstancia que puede perjudicar a su trayectoria comercial. Dicho esto, el propulsor nos parece todo un acierto, ya que se trata de una opción dotada de hibridación (denominada e-Boxer), gracias a un pequeño motor eléctrico ubicado en el interior de la transmisión y que permite recorrer unos cientos de metros a velocidades inferiores a 40 km/h.
Este motor de dos litros y cuatro cilindros en línea desarrolla 136 CV de potencia, suficientes para mover con soltura el vehículo. La hibridación no evita que el consumo de combustible sea ligeramente elevado (7,7 l/100 km), pero proporciona las ventajas derivadas de tener la etiqueta Eco de la DGT.
Al margen de sus características diferenciadoras, el nuevo Crosstrek ofrece interesantes novedades respecto al anterior XV. Se aprecia una atractiva actualización estética centrada en el frontal y el equipamiento es realmente completo en todos los apartados. El conjunto de ayudas a la conducción (EyeSight Driver Assist) ha mejorado con un nuevo software más rápido y eficaz y la conectividad avanza con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos.
La pantalla de información central vertical y táctil de 11,6 pulgadas es excelente y cuenta también con interruptores duros para algunas funciones que pueden así ejecutarse sin desviar la mirada de la carretera. La habitabilidad interior es correcta, aunque la capacidad del maletero, de 315 litros, está por debajo de la mayoría de sus competidores.
El comportamiento en carretera se beneficia de un chasis mejorado y de un reparto de pesos optimizado. Lo cierto es que exhibe un óptimo paso por curvas de todo tipo, la dirección es suave y precisa y el reparto del par entre los ejes delantero y trasero facilitan la labor del conductor en todo momento.